viernes, 20 de junio de 2014

¡¡¡HASTA PRONTO, AMIGO!!! Melitón Bruque


 17-06-14

No te digo adiós, sino hasta luego, pues sé que no te has ido, te quedas con nosotros, pero ahora con mucha más fuerza, ya libre de tu dolor.

Tu figura se agranda hoy y, ahora que te pienso, la veo que es poliédrica,  como uno de esos diamantes gigantes que por cualquier cara que lo mires desprende la luz.

Para todos nosotros eres D. PEDRO; te ganaste el título sin que te hayamos sentido distante, ni por encima de nadie; en ti no había barreras.

“Mi padrecito lindo” a lo que con sonrisa de ternura siempre me respondías: ”¡Mi hijo  mayor!” pero en definitiva, todos te sentimos como nuestro HERMANO MAYOR, como padre, maestro, compañero de camino… Cualquiera de estos calificativos te lo podríamos acoplar y te lucirían espléndidamente, como un traje hecho a tu medida, porque todos los probaste y con todos te vestiste.

Hoy te vas, después de haber enfrentado la prueba final como lo hacen los grandes, pero no te decimos adiós, sino hasta luego, pues tú no has muerto, porque tu labor, tu enseñanza, tu sencillez, tu ternura, tu firmeza y tu recuerdo quedan en todos nuestros corazones.

Tu paso por la tierra ha sido como el agua fina de lluvia que ha ido calando suave y regando momentos difíciles de la historia: te tocó derribar, limpiar, plantar y cultivar en aquellos tiempos recios del post-concilio que te hicieron sufrir la desconfianza, la desidia de los que se resistían, la crítica desacerbada  y hasta la persecución de los que te consideraron  enemigo, pero tuviste la valentía y la firmeza del padre y pastor, que tiene claro por donde tiene que encaminar a sus hijos y seguiste con fidelidad el mandato de la iglesia, sembrando en el corazón de los que te quisieron escuchar lo que el evangelio estaba pidiendo: un espíritu de comunidad fraterna y, sosteniendo que no es posible vivir, sin tener plena conciencia de lo que se confiesa y se vive.

Has sido un MAESTRO en esta comunidad de Linares y así pasarás a la memoria histórica de cada uno de los linarenses; así te recordará SAFA de toda Andalucía, tu parroquia de S. José o de Villargordo.

Te hemos percibido como el HERMANO cercano y sencillo, siempre atento y respetuoso, como el que pasa de puntillas, pero de una fidelidad y lealtad inquebrantables a la verdad.

No eres el tipo con doblez que no se sabe nunca por donde va, sino que siempre te vimos caminando de frente; todos sabíamos dónde estabas y dónde te podíamos encontrar, menos aquellos que quisieron manipularte y  cada vez te calificaron de un color o te fueron ubicando donde les parecía; fuiste un hombre de una definición clara, como tu “Maestro” Jesús: de frente siempre a la verdad, a la justicia y a la fraternidad.

Así te encontramos, así te conocimos y así te vimos caminar por la vida, en el CAMINO del reino.

Ahora tu figura se agiganta a medida que se te mira, pues has sido capaz de mantenerte hasta el final, que es lo grande e importante y te has ido dejando pulir por la vida. Tu rostro  ha sido una expresión de la sonrisa de Dios.

¡¡Gracias por tu vida, gastada hasta consumirse por la causa de Jesús!!

¡¡Gracias por tu fidelidad a la amistad, pues en ti Hemos podido descubrir  la amistad de Dios con toda la gente que has encontrado en tu camino!!.

¡¡Qué alegría has de haber experimentado esta mañana al escuchar la bienvenida de Jesús que te esperaba, a quien tantas veces has repetido sus palabras: “Ven, bendito de mi Padre, porque cuando te necesité, siempre te encontré a mi lado”.

¡¡No te olvides de nosotros!!

martes, 3 de junio de 2014

SI NO LO VEO NO LO CREO


Si no le veo no lo creo y, aun así, me cuesta creer lo que estoy viendo: estoy sentado  escribiendo la reflexión que semanalmente hago  en mi blog y ahí en la calle, a un metro y medio de distancia de donde yo estoy sentado, existe un banco en el que con frecuencia llega la gente y se sienta unos para descansar, otros  para charlar y otros, como lo que se está dando en este momento: protagonizar una escena de esas que te quedas completamente fuera de juego, pues no entiendo absolutamente nada:

            Ha llegado una chica joven llorando desconsolada y se la veía con un sufrimiento profundo. Lloraba implorando a Dios: “Señor, ¿Por qué tengo yo que aguantar este dolor y este atropello?  ¡¡Ya no puedo más!!    ¡¡¡Yo me quiero morir!!!... y llora amargamente casi a gritos.

La estoy observando y estaba decidido a salir por si puedo echarle una mano, pues  tenía la sensación de que es algo grave lo que le ocurre.

He decidido esperar un poco a ver  si por sus expresiones  intuía algo de lo que le ocurría, cuando de pronto, ha llegado una chica amiga con otros dos varones jóvenes. La chica se ha sentado a su lado y la ha abrazado  y al sentirse  protegida, ha soltado la retahíla desahogándose:  “Ya no puedo más, éste es un sinvergüenza que me está matando, a cada momento me abofetea, cada día me da una paliza… mira cómo me tiene - y le ha enseñado el pecho lleno de moretones y los brazos- ahora me ha pegado y me exige que le dé dinero cagándose en mis muertos y ofendiendo a mi madre… ¿Por qué tengo yo que sufrir todo esto, después de haber abandonado a mi marido, de haber tenido que despedir a mi hija que se ha tenido que ir de la casa porque no la dejaba tranquila y después de haberme hecho abortar…  me sigue tratando así, ¡Dios mío! ¿Qué quiere este hombre…? “

            El tipo responde desde el capot del coche en el que está sentado:

- “Es que soy un hombre y mi mujer tiene que hacer lo que yo mando”

–Responde ella-  “Pero si te tengo preparada la comida y la ropa y me tienes siempre dispuesta… ¿Qué más quieres? ¿Acaso tu mama te tiene así? Anda, vete con ella, ¡¡No quiero verte más, desaparece de mi vista, te lo pido delante de Dios que  está en esta iglesia, desaparece…!!

            El tipo se viene hacia ella, la coge, la abraza, la besa y ella se deshace entre sus brazos. Los otros dos se ha retirado riendo y ellos dos los tengo ahí delante que solo les  falta desnudarse y terminar la ceremonia ahí en lo alto del banco de la calle.

            Al final han terminado felices, llevándosela él subida sobre sus espaldas (acuestas) y ella feliz y dando carcajadas.

            Confieso que no entiendo nada: si es verdad todo lo que estoy viendo y oyendo que ella ha contado a su amiga y que ha gritado a voces, de modo que lo hemos  podido escuchar todos los vecinos. ¿Cómo es posible que esa situación haya terminado en fiesta?  ¿Cómo es posible que una mujer se desvanezca y tenga tan poca personalidad que se deje en manos de un auténtico sicópata por el simple hecho de que la utilice sexualmente?  Aun viéndolo y oyéndolo, me cuesta tremendamente creerlo.