martes, 19 de diciembre de 2017

LA OTRA NAVIDAD


¡VEN, SEÑOR JESÚS!

Melitón Bruque García

                   “Del tronco seco de Jesé saldrá un renuevo, un vástago          brotará de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu del Señor… No       juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas, juzgará con      JUSTICIA a los débiles… Será la justicia el ceñidor de sus lomos, la fidelidad el cinturón de sus caderas…”  (Isa.11.1-10)

         Estas palabras suenan a ESPERANZA, pero hay que cerrar los ojos para no desanimarse al ver la realidad. Es exactamente lo que la humanidad entera anhela y clama a Dios en el momento actual: VEN, SEÑOR JESÚS, haz realidad esto que dijeron los profetas y pon orden en los dirigentes de nuestro país y del mundo entero.

         De este tronco que han secado durante 50 años, ¿es posible que hayan podrido hasta las raíces y no quede la más mínima gota de savia que dé lugar al nacimiento de un vástago que haga florecer aquello que llamábamos “valores”? 

         ¿Qué hacéis, políticos? ¿Cómo es posible que os hayáis corrompido hasta tal punto que ya no reconozcáis al pueblo que puso su confianza en vosotros? lo tenéis decepcionado y asqueado; estamos hartos de vuestra comedia. Habéis corrompido hasta el lenguaje: cuando queréis decir “negro” pronunciáis la palabra “blanco” y al contrario, de tal manera que ya no es posible creer en nada de lo que decís, sois la expresión más grotesca de la mentira, habéis caído en el desprestigio total, convirtiéndoos en una plaga devastadora del mundo, de la cultura, de la fe y de la sociedad.

         ¡VEN, SEÑOR JESÚS! y danos un pastor que mire al mundo con cariño, y piense en el planeta como en un jardín al que hay que cuidar, porque es la casa que Dios nos dejó para vivir y ser felices todos en él

         ¿Dónde están los MAESTROS?  Aquellos que eran el “padre” el “consejero”, el “confidente” de la comunidad, y junto con el sacerdote, estaban revestidos de una autoridad moral , que los hacía un pilar básico de la sociedad, a quienes se les entregaban los niños para que los orientaran, pues  serían la esperanza de la humanidad.  ¿Qué habéis hecho de vuestra función? ¿A quién servís? Habéis convertido vuestro ministerio en un instrumento de las ideologías dominantes que sirven a intereses partidistas.

 

         ¡VEN, SEÑOR JESÚS! Te esperamos con ansias. Haz que nazca de nuevo entre nosotros la esperanza y haz que se establezca tu JUSTICIA como principio supremo de convivencia; que la VERDAD sea como la luz del sol que ilumine nuestras vidas, nuestras estructuras y nuestras relaciones; que el AMOR sea la norma indiscutible e innegociable de toda relación entre los seres humanos, a todos los niveles de nuestra sociedad.

         Sí, Señor, es un sueño, pero déjanos soñar en una verdadera NAVIDAD, como también soñaba aquel pequeño resto de Israel que en aquel tiempo llamaban los “Anawin” (Los Pobres de Yahvé) y a quienes hoy “llaman fachas trasnochados”.

         ¿Dónde está el clero? Escondido en la sacristía, contemporizando con los políticos, acomodándose a las circunstancias, refugiándose en una liturgia vacía y sin compromiso, sirviendo a un sistema a cambio de unas migajas… ¿Dónde está esa iglesia que ha renunciado a ser testigo del Reino de Cristo y ha hecho una reducción del mensaje de Jesús a una defensa de un tinglado religioso que propicia actos sociales?

         ¡VEN, SEÑOR JESÚS! Y calla a todos esos falsos profetas de nuestro tiempo, que ponen el grito en el cielo porque alguien mató un perro que se cruzó en la carretera y aplauden el asesinato de centenares de miles de niños antes de nacer, a quienes les niegan el título y la dignidad de persona que Dios les dio? Esos profetas que presumen de luchar por la dignidad de la mujer y, en cambio, se quedan callados ante el atropello cruel que se está haciendo con ella en países en los que no se le reconoce derecho alguno... Estos falsos profetas llaman a este silencio “respeto y tolerancia a la cultura y a la civilización de los pueblos”

         ¡VEN, SEÑOR JESÚS! Danos profetas verdaderos que denuncien la corrupción generalizada en todos los estratos sociales y pongan remedio con leyes justas que traten a todos por igual. ¿Cómo es posible que se burlen de nosotros durante años enteros, día a día, con un espectáculo vergonzoso, y tengan la cara dura de vivir como parásitos chupándole la sangre al pueblo? ¿Es que tendremos que bajar aún más en la degradación para que nos demos cuenta que el siguiente paso es la muerte?

         ¿Dónde están los líderes sindicales? En nombre de los obreros y los marginados viven como parásitos, enganchados en la teta de los políticos y han cambiado la defensa de los pobres y los trabajadores por el látigo del patrón que los oprime y les roba sus derechos.

         ¡VEN, SEÑOR JESÚS! Cíñete la justicia a tu cintura y no permitas que haya unas leyes que legalicen el robo bajo ninguna excusa, ni dejen libre y tranquilo al que lo hace, mientras se ensañan con el pobre e indefenso que le cierran las puertas por todas partes. Derriba los santones de “Mamón”, sus catedrales y sus grandes alianzas mundiales, sus agentes financieros… Destruye el culto a “Mamón” y haz que tu PAZ llene la tierra, para que “nadie pueda causar ningún daño a su hermano, porque la tierra se llene de tu sabiduría, lo mismo que las aguas llenan los océanos”

         ¿Qué está pasando en este mundo? Se ha puesto todo al revés y nos está volviendo locos a todos: ahora el BIEN es lo legal y las leyes están hechas para unos pocos y para defender unos intereses particulares.

         ¿Qué está ocurriendo, que lo real resulta ficción y la ficción realidad? ¿Cómo es posible que el sentido común sea una estupidez mientras que el absurdo sea la verdad?

         ¡VEN, SEÑOR JESÚS! Haz que esta tierra que nos diste para que la trabajáramos y viviéramos con dignidad, nos dé los frutos sanos y limpios que Tú nos dejaste, para que nos alimentáramos y viviéramos; límpiala de todo el veneno con que la hemos contaminado, de manera que aquello que nos diste para vivir, lo hemos convertido en la trampa que nos mata, porque antes que la persona interesa el dinero. Destruye todo lo que se ha convertido en una droga que engorda la avaricia de las grandes multinacionales de la muerte y hace que se vendan a su servicio a los dirigentes del mundo y pierdan la dignidad los pobres.

         ¡VEN, SEÑOR JESÚS! Y haz que te sientan cercano, bendice, fortalece y reconforta con la fuerza de tu Espíritu a todos los “Anawin” del siglo XXI: todos los hombres y mujeres que se juegan a diario su vida y su imagen frente a los que los insultan y desprecian; todos esos políticos, maestros, médicos, obreros, empresarios, sindicalistas, obispos, sacerdotes, jóvenes, niños, adultos, ancianos, hombres, mujeres… de toda raza, lengua, nación y situación en la vida que siguen siendo fieles y leales a tu causa, que no se han dejado  dañar por la presión, ni se han arrodillado para dar culto y servir a “Mamón” siguiendo sus pautas y doctrina, sino que, por el contrario, están  luchando por establecer la justicia y la fraternidad. Ellos son un signo vivo de la verdadera NAVIDAD

          En estos momentos suenan como un eco que lleva aliento y esperanza las palabras de Jesús: “No tengáis miedo, yo estoy con vosotros, manteneos firmes… vuestra fidelidad os salvará”

¡VEN, SEÑOR JESÚS,

VEN PRONTO,

NO TARDES!