¡VEN, SEÑOR JESÚS!
Melitón Bruque García
“Del
tronco seco de Jesé saldrá un renuevo, un vástago brotará de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu del
Señor… No juzgará por apariencias,
ni sentenciará de oídas, juzgará con JUSTICIA
a los débiles… Será la justicia el ceñidor de sus lomos, la fidelidad el cinturón de sus caderas…” (Isa.11.1-10)
Estas palabras suenan a ESPERANZA, pero
hay que cerrar los ojos para no desanimarse al ver la realidad. Es exactamente
lo que la humanidad entera anhela y clama a Dios en el momento actual: VEN,
SEÑOR JESÚS, haz realidad esto que dijeron los profetas y pon orden en los
dirigentes de nuestro país y del mundo entero.
De este tronco que han secado durante
50 años, ¿es posible que hayan podrido hasta las raíces y no quede la más
mínima gota de savia que dé lugar al nacimiento de un vástago que haga florecer
aquello que llamábamos “valores”?
¿Qué hacéis, políticos? ¿Cómo es
posible que os hayáis corrompido hasta tal punto que ya no reconozcáis al
pueblo que puso su confianza en vosotros? lo tenéis decepcionado y asqueado;
estamos hartos de vuestra comedia. Habéis corrompido hasta el lenguaje: cuando
queréis decir “negro” pronunciáis la palabra “blanco” y al contrario, de tal manera
que ya no es posible creer en nada de lo que decís, sois la expresión más
grotesca de la mentira, habéis caído en el desprestigio total, convirtiéndoos
en una plaga devastadora del mundo, de la cultura, de la fe y de la sociedad.
¡VEN, SEÑOR JESÚS! y danos un pastor
que mire al mundo con cariño, y piense en el planeta como en un jardín al que
hay que cuidar, porque es la casa que Dios nos dejó para vivir y ser felices
todos en él
¿Dónde están los MAESTROS? Aquellos que eran el “padre” el “consejero”,
el “confidente” de la comunidad, y junto con el sacerdote, estaban revestidos
de una autoridad moral , que los hacía un pilar básico de la sociedad, a quienes
se les entregaban los niños para que los orientaran, pues serían la esperanza de la humanidad. ¿Qué habéis hecho de vuestra función? ¿A
quién servís? Habéis convertido vuestro ministerio en un instrumento de las
ideologías dominantes que sirven a intereses partidistas.
¡VEN, SEÑOR JESÚS! Te esperamos con
ansias. Haz que nazca de nuevo entre nosotros la esperanza y haz que se
establezca tu JUSTICIA como principio supremo de convivencia; que la VERDAD sea
como la luz del sol que ilumine nuestras vidas, nuestras estructuras y nuestras
relaciones; que el AMOR sea la norma indiscutible e innegociable de toda
relación entre los seres humanos, a todos los niveles de nuestra sociedad.
Sí, Señor, es un sueño, pero déjanos
soñar en una verdadera NAVIDAD, como también soñaba aquel pequeño resto de
Israel que en aquel tiempo llamaban los “Anawin” (Los Pobres de Yahvé) y a
quienes hoy “llaman fachas trasnochados”.
¿Dónde está el clero? Escondido en la
sacristía, contemporizando con los políticos, acomodándose a las
circunstancias, refugiándose en una liturgia vacía y sin compromiso, sirviendo
a un sistema a cambio de unas migajas… ¿Dónde está esa iglesia que ha
renunciado a ser testigo del Reino de Cristo y ha hecho una reducción del
mensaje de Jesús a una defensa de un tinglado religioso que propicia actos
sociales?
¡VEN, SEÑOR JESÚS! Y calla a todos esos
falsos profetas de nuestro tiempo, que ponen el grito en el cielo porque alguien
mató un perro que se cruzó en la carretera y aplauden el asesinato de
centenares de miles de niños antes de nacer, a quienes les niegan el título y
la dignidad de persona que Dios les dio? Esos profetas que presumen de luchar
por la dignidad de la mujer y, en cambio, se quedan callados ante el atropello
cruel que se está haciendo con ella en países en los que no se le reconoce
derecho alguno... Estos falsos profetas llaman a este silencio “respeto y
tolerancia a la cultura y a la civilización de los pueblos”
¡VEN, SEÑOR JESÚS! Danos profetas
verdaderos que denuncien la corrupción generalizada en todos los estratos
sociales y pongan remedio con leyes justas que traten a todos por igual. ¿Cómo
es posible que se burlen de nosotros durante años enteros, día a día, con un
espectáculo vergonzoso, y tengan la cara dura de vivir como parásitos
chupándole la sangre al pueblo? ¿Es que tendremos que bajar aún más en la
degradación para que nos demos cuenta que el siguiente paso es la muerte?
¿Dónde están los líderes sindicales? En
nombre de los obreros y los marginados viven como parásitos, enganchados en la
teta de los políticos y han cambiado la defensa de los pobres y los
trabajadores por el látigo del patrón que los oprime y les roba sus derechos.
¡VEN, SEÑOR JESÚS! Cíñete la justicia a
tu cintura y no permitas que haya unas leyes que legalicen el robo bajo ninguna
excusa, ni dejen libre y tranquilo al que lo hace, mientras se ensañan con el
pobre e indefenso que le cierran las puertas por todas partes. Derriba los
santones de “Mamón”, sus catedrales y sus grandes alianzas mundiales, sus
agentes financieros… Destruye el culto a “Mamón” y haz que tu PAZ llene la
tierra, para que “nadie pueda causar
ningún daño a su hermano, porque la tierra se llene de tu sabiduría, lo mismo
que las aguas llenan los océanos”
¿Qué está pasando en este mundo? Se ha
puesto todo al revés y nos está volviendo locos a todos: ahora el BIEN es lo
legal y las leyes están hechas para unos pocos y para defender unos intereses particulares.
¿Qué está ocurriendo, que lo real
resulta ficción y la ficción realidad? ¿Cómo es posible que el sentido común
sea una estupidez mientras que el absurdo sea la verdad?
¡VEN, SEÑOR JESÚS! Haz que esta tierra
que nos diste para que la trabajáramos y viviéramos con dignidad, nos dé los
frutos sanos y limpios que Tú nos dejaste, para que nos alimentáramos y
viviéramos; límpiala de todo el veneno con que la hemos contaminado, de manera
que aquello que nos diste para vivir, lo hemos convertido en la trampa que nos
mata, porque antes que la persona interesa el dinero. Destruye todo lo que se
ha convertido en una droga que engorda la avaricia de las grandes
multinacionales de la muerte y hace que se vendan a su servicio a los
dirigentes del mundo y pierdan la dignidad los pobres.
¡VEN, SEÑOR JESÚS! Y haz que te sientan
cercano, bendice, fortalece y reconforta con la fuerza de tu Espíritu a todos
los “Anawin” del siglo XXI: todos los hombres y mujeres que se juegan a diario
su vida y su imagen frente a los que los insultan y desprecian; todos esos
políticos, maestros, médicos, obreros, empresarios, sindicalistas, obispos,
sacerdotes, jóvenes, niños, adultos, ancianos, hombres, mujeres… de toda raza,
lengua, nación y situación en la vida que siguen siendo fieles y leales a tu
causa, que no se han dejado dañar por la
presión, ni se han arrodillado para dar culto y servir a “Mamón” siguiendo sus
pautas y doctrina, sino que, por el contrario, están luchando por establecer la justicia y la
fraternidad. Ellos son un signo vivo de la verdadera NAVIDAD
En estos momentos suenan como un eco que lleva
aliento y esperanza las palabras de Jesús: “No
tengáis miedo, yo estoy con vosotros, manteneos firmes… vuestra fidelidad os
salvará”
¡VEN, SEÑOR JESÚS,
VEN PRONTO,
NO TARDES!