miércoles, 26 de diciembre de 2012

MOSCARDONES DE LA SOCIEDAD


                                                                  Melitón Bruque García
            Había dos chicas pidiendo una colaboración para Cáritas; una de ellas se dirigió a mí y la otra se dirigió a una pareja que venía detrás; le di un euro que tenía suelto  y amablemente me dio las gracias, pero la pareja la oí que le respondió a la otra chica de forma grosera que no estaban dispuestos a mantener  parásitos. Después continuaron la marcha despotricando contra Cáritas y contra la iglesia, diciendo que lo único que se hace es mantener a “pillos”  y “maleantes” que viven riéndose de todo el mundo…
            Por supuesto, no le dieron nada a la chica y, en voz alta se fueron justificando su  postura  por medio de la calle.
            Esto que he visto esta mañana, día de Caritas, en que queremos que los pobres sientan que Dios se ha acercado al hombre que vive  en el abandono,  es la postura que estamos viendo que va tomando cuerpo entre la gente por culpa de muchas actitudes que se mantienen y que no tienen justificación alguna.
            Mantener ciertas actitudes en la sociedad, es como dejar que  malas hierbas nazcan, crezcan y se reproduzcan en un jardín; cuando queremos acordar, lo han invadido todo y han  esterilizado el terreno, impidiendo que crezcan buenas plantas. Es el problema que ocurre en una sociedad cuando se le subvenciona todo y se acostumbra a la gente a vivir sin tener que trabajar, se cree que el dinero no es de nadie; si esa situación se mantiene por mucho tiempo, se derrumba la estructura social por la corrupción
            S. Pablo hace frente a este problema que  hace mucho daño en las comunidades y les dice con toda claridad, poniéndose él mismo como ejemplo, pues a él le asistía el derecho  a vivir con lo que le diesen los demás, pero no aceptó ser carga para nadie:   “Hermanos, les ordenamos en nombre de Cristo Jesús, el Señor, que se aparten de todo hermano que viva sin control ni regla,… Ya saben cómo tienen que imitarnos, pues no vivimos sin control ni regla mientras estuvimos entre ustedes.  No pedimos a nadie un pan que no hubiéramos ganado, sino que trabajamos duramente noche y día hasta cansarnos, para no ser una carga para ninguno. Teníamos, por supuesto, el derecho de actuar en otra forma, pero quisimos ser para ustedes un modelo que imitar.
Además, cuando estábamos con ustedes les dijimos claramente: el que no quiera trabajar, que tampoco coma. Pero ahora hemos oído que hay entre ustedes algunos que viven sin control ni regla y no hacen nada,  (2Tes 3, 6-11)
            Efectivamente, los “pillos” son un problema donde quiera que entran y, desgraciadamente los hay en todo: en la Hacienda pública,  en los negocios, en los bancos, entre los políticos… ya estamos sufriendo todo el daño que han hecho, también los tenemos en la sociedad, Cáritas sería imposible que se escapara, pues es, precisamente, el terreno que más fácil tienen.
            Estos “pillos”  no son pobres ni indigentes… son “caraduras” que yo los llamo “moscardones de la sociedad” que andan chupando la sangre de todo el que cogen por delante y optaron en la vida por vivir chantajeando a los demás, sin más oficio ni beneficio social. PARÁSITOS que viven  burlándose de la sensibilidad de los demás, pues es una burla y un chantaje  hacer que la gente se  sienta con mala conciencia cuando no les da algo.
            Tenemos ese peligro: cuando se les ve, nos da vergüenza no hacerles caso y les damos lo que sea, sobre todo, cuando salimos o entramos a una iglesia, pues encima nos critican, y no nos damos cuenta que  no solo no estamos haciendo un bien manteniéndolos, sino que, al contrario, estamos haciendo un grave perjuicio a los pobres y al valor de la solidaridad, de la comunión y de la caridad.
            Ayudar a estos parásitos, es hacer un daño a la sociedad y a ellos, pues estamos manteniendo su falta de respeto a la gente y se lo estamos permitiendo y apoyando, mientras que, por otro lado, al pueblo lo estamos indisponiendo en contra de cualquier movimiento  solidario que surge, como ocurre con esta pareja que he indicado al principio, pues hay mucha gente que mide a todos con el mismo rasero, se siente burlada y  toman las actitudes que he narrado, dando lugar a que los verdaderos pobres no puedan recibir la ayuda que en justicia necesitan.
            Por otro lado, estamos hartos de constatar que, la gran mayoría de estos pillos, tienen, incluso, mucho más dinero que mucha gente que gana un buen sueldo; de hecho, los vemos con frecuencia ingresando dinero en los bancos o haciendo otras cosas que muchos pobres  o personas con un  nivel medio económico no se pueden permitir, como es el comer por sistema en el restaurante y no hacerlo en su casa.
            Mantener este tipo de actitudes, es pernicioso y dañino para la sociedad y la justicia, pues indispone los buenos sentimientos de la gente, justifica las inhibiciones de la solidaridad, mantiene el latrocinio, pues vivir así, es una forma de vivir del cuento, es decir: robando.
            El verdadero pobre, el que merece que se le eche una mano, no pierde jamás la dignidad, no es un caradura que va aprovechándose de nadie, ni  va chantajeando y burlándose de los sentimientos de los demás; no anda exponiendo sus  carencias y hace todo lo posible para vivir honradamente  y, si es que llega el extremo, de que no tiene para vivir, se pone a disposición para servir en lo que se le necesite, y da una mano para pagar lo que se le da, pues entiende que el que come sin haber trabajado lo que se come, es porque lo ha robado.
            Es incomprensible que un verdadero pobre, pida para comer o cubrir sus necesidades y que se niegue a dar una mano al que lo necesita; por eso,  una caridad que no genera solidaridad, no es caridad, sino  injusticia, degradación o una burla social.
            Hacemos muy mal manteniendo esta situación: lo hacen mal las estructuras sociales,  que dejan que libremente se dé este hecho y, se permita que haya gente que viva chupando como moscas; lo hacemos mal las instituciones  que, basándonos en una caridad malentendida, estamos dando lugar a que mucha gente se justifique y se cierre a la comunión y, directamente le estamos haciendo un daño a los pobres, porque se les está comparando  y aplicando  el mismo calificativo de “moscardones” impidiéndoseles que se haga justicia.
            Y estamos haciendo muy mal, cuando conocemos a estos “moscardones” y no los denunciamos, para que todo el mundo tome una postura de justicia contra  el chantaje, la extorsión, el robo y la degradación, de forma que al final, se den cuenta que no se puede ir por la vida de esa manera, riéndose de la gente y viviendo del cuento
            En nuestras Cáritas, en los servicios sociales del ayuntamiento, en todas las organizaciones, deberíamos tener un mapa correcto de la verdadera pobreza, para no permitir que nadie caiga en la cuneta y se vea desamparado, pero de la misma manera, deberíamos tener un conocimiento de todos aquellos que, optaron por vivir del cuento viviendo  como “moscardones”, para hacerles ver y sentir que ese camino, solo lleva a la inanición, pues el que no quiere trabajar y come, es porque roba o extorsiona.

martes, 18 de diciembre de 2012

PAZ A LOS DE BUENA VOLUNTAD...




NAVIDAD ES:
Arrimar el hombro para CONSTRUIR la justicia, la verdad y la fraternidad; 

también para DERRIBAR la mentira, la corrupción…

o para PLANTAR el respeto a la persona, la libertad y la paz.

 

 ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!  

Nació Jesús y con Él nació el AMOR, la PAZ, la JUSTICIA, la VERDAD para este mundo; pero ante el acontecimiento, el mundo se dividió y las tinieblas no quisieron admitir la luz y siguen cerrando todas las puertas y las rendijas para que no pueda entrar y descubrir su podredumbre.

Pero a los que abrieron sus vidas, les inundó una gran alegría y su eco  sigue resonando hasta nuestros días, por eso, hoy siguen oyendo las palabras del anuncio de salvación y de esperanza…
Alegraos, hoy os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor…” y se hacen eco de ellas:

-Los padres que no os habéis dejado convencer por el sistema que os llama atrasados, retrógrados, reaccionarios…  porque no dejáis que vuestros hijos se lancen al despeñadero.

-Los jóvenes y los niños que entendéis que nadie más que vuestros padres os ama hasta el extremo de dar la vida por vosotros y que lo que os dicen es por vuestro bien.

-Los abuelos y familiares que en un momento de robo, de injusticia, de atropello, de demolición como el que estamos viviendo habéis sido fuertes y valientes ofreciendo resistencia y abriendo vuestras puertas y vuestro corazón a la solidaridad que nació en aquella cueva y hoy vosotros estáis siendo el reflejo vivo

-Los pobres que, con vuestro pequeño aporte estáis haciendo posible que el amor y la solidaridad no sean un cuento, sino una realidad.

-Los maestros y orientadores que, ni los obstáculos que os ponen para vivir y para trabajar están haciendo que bajéis la guardia y seguís siendo  honestos en vuestro trabajo, abiertos al respeto y a la esperanza de los jóvenes y de los niños.

-Los médicos y personal sanitario que, gracias a vuestra calidad humana hacéis posible que el miedo de los pobres a caer enfermos se sienta mitigado, porque vuestra honradez y calidad humana están por encima, incluso de los medicamentos y las estructuras.

-Los empresarios pequeños y grandes que  por encima de vuestro negocio habéis entendido que está la dignidad de vuestros trabajadores y estáis aceptando perder antes que dejar en la cuneta de la vida a muchas familias.

-Los sacerdotes y religiosos que en medio del vendaval tenéis cogido seguro el timón y estáis dando la cara sin miedos ni complejos antes  las fuertes olas que amenazan hundirlo todo.

-Los catequistas que ante la dejación de autoridad, estáis siendo una palabra de aliento, de esperanza y de verdad.

-Todos los voluntarios de  Cáritas y de otras organizaciones que han puesto sus personas y sus bienes para dar la mano a quien el sistema barrió y lo arrojó a la cuneta de la vida.

-Los obreros que para mantener el puesto de trabajo y la misma empresa habéis renunciado  al sueldo al horario y estáis arrimando el hombro para que esto no se caiga… 

Todos vosotros sois hoy la imagen del nuevo “resto” del que nacerá la esperanza. Vuestra luz no la apagarán los portadores y servidores de las tinieblas. 

Pero también viven a vuestro lado los que odian la navidad, los que darían lo que fuera por que nunca hubiera existido, los que, si pudieran, la borrarían del calendario.
 

LA OTRA CARA DE LA NAVIDAD

Sería lindo poder felicitar
a todos los hombres y mujeres de mi tierra,
pero ni en aquel tiempo fue posible hacerlo,
ni hoy tampoco,
pues como entonces,
siempre ha habido gente que optó
por las tinieblas,
la destrucción, la angustia y la muerte.

Hoy está de moda representar el  ambiente que vivimos con un círculo y unas tijeras, y el silencio amordazado que ha impuesto  el sistema que vivimos, en donde no cabe lo que es políticamente incorrecto

 

 

 
Tristemente hay que cambiar los signos para esta navidad y  representarla con una bomba que dinamitó toda la estructura social, económica, política, moral, ética… imponiendo el caos

 

y un buldócer, que arremete contra los escombros,  considerando entre ellos  las personas y, entre el que tiró la bomba y el que hoy recoge los escombros, hay un coro de palmeros que siempre aplauden lo que uno u otro hacen, pues viven de eso,  e insultan al que piense lo contrario.

 
No,  no puedo felicitaros,
el mensaje de alegría  que anunciaban los ángeles,
a Herodes y a los seguidores de las tinieblas
les hizo daño y como reacción
llenaron las calles de angustia,
de terror y de muerte…
Hoy sigue repitiéndose la misma historia,
con los mismos  actores
y los mismos palmeros.
Nuestras calles se llenan de dolor
 y  nos muestran a diario
los gritos desesperados
de  las familias desahuciadas,
de los jóvenes huyendo  a otros países,
de las familias deshechas
y de los niños dislocados,
de hombres y hogares desnortados
hasta el punto del  crimen,
de gente desesperada hasta el suicidio…
La angustia de servidores públicos,
de ancianos que estuvieron ahorrando toda su vida
y  en quienes se ceba la avaricia de Herodes.

        Habéis montado toda la artillería de vuestro poder y, cuando teníais encerrado a todo el pueblo en la trampa que pusisteis,  le cerrasteis la puerta de salida y, ahí, sin más posibilidad de escapar, le vaciáis los bolsillos, les quitáis la casa, la comida, la ropa y la educación y lo echáis a la calle desnudo.
Y con vuestros servidores, que realizan el papel  de aquel grupo de  informadores de Herodes,  van oteando el horizonte para ver dónde hay un posible foco de evasión para el pueblo y así posibilitan  clavarle el rejón, mientras lo entretienen con la muerte y el escándalo, pues  le temen servir  a la verdad, porque su luz los dejaría al descubierto.  
 Herodes del s. XXI.
¡Lo siento!
Para vosotros nunca es navidad
pues el nacimiento de Cristo
no es una Buena Noticia sino un horror,
yo diría que es una tremenda noticia.
No os puedo felicitar,
no os puedo meter en mi lista
de portadores de la luz y de la esperanza,
sino entre los lacayos de las tinieblas,
los servidores de Herodes,
que cogisteis una bomba
y destruisteis un país
dejándolo lleno de escombros
y ahora continuáis la obra
retirándolos  con una excavadora.
¡¡Brindad!!
Seguid burlándoos del pueblo,
Haceos los sordos
a los gritos desesperados de los pobres
Seguid aplaudiendo, coro de palmeros...
Quiero recordaros que
aunque tengáis los oídos tapados
y la boca sellada con las propinas,
para no oír los lamentos ni los quejidos de los pobres,
sus gritos están haciendo mella en el corazón de Dios
y, tarde o temprano, lo pagaréis todo junto…
Y con creces.

 

jueves, 13 de diciembre de 2012

DAÑAR LA PAZ DE LA NAVIDAD



LA GOTA DE VENENO PARA DAÑAR LA PAZ DE LA NAVIDAD  2012
Melitón Bruque García 

Después de las aclaraciones que hizo la Conferencia Episcopal Española, de todo lo que se ha venido publicando en estos días y de estar el libro del Papa en las redes, a disposición de quien quiera leerlo, sigue el  runruneo, el malestar, y las estupideces que se sueltan a la ligera, sin saber qué se dice, fruto de una ignorancia crasa que hace sentir vergüenza ajena cuando oímos hablar y soltar disparates; pero duele más cuando ves que todo esto empieza a unírselo a comentarios políticos y entonces dan el salto y empiezan a atacar al Papa y a decir que  en lugar de hacer recortes en el “Belén”, que los haga en el Vaticano… y dejo aquí la sarta de barbaridades que cada uno se permite soltar por su boca, sin saber lo que dice.
            Pero lo más triste de todo esto, es que, muchos de los cristianos que van a misa, le dan más fuerza de verdad a estas sandeces, que a lo que el mismo Papa dice, a quien no se detienen a escuchar un momento.
            Hemos de saber que Joseph Ratzinger, antes de ser Papa, era un gran teólogo. Él tenía un proyecto –como infinidad de teólogos lo tienen- de escribir una Cristología, ya había escrito dos partes de ella y este  libro último, es la tercera parte.
            Cualquier teólogo que se enfrenta a un proyecto de este tipo, no le queda  más remedio que afrontarlo como es:

1º) Hay un cuerpo central que es la pasión-muerte y resurrección
de Jesús, que fue lo primero que se escribió y la primera razón por la que se reunían los primeros seguidores de Jesús en torno a la Virgen María. Con ese cuerpo central que presentan los cuatro evangelistas empezaron a celebrar las primeras comunidades a las que se destinó cada uno de los cuatro evangelios.
                        2º) Pasado un poco de tiempo, había gente que se iba uniendo al grupo y que no habían conocido a Jesús, entonces se preguntaban: ¿Por qué lo han matado? ¿Qué hizo? ¿Qué dijo, para que lo trataran así?... Como respuesta se escribió “Los hechos” (milagros) y los “Dichos” (discursos, parábolas…) de Jesús.
                        3º) Un poco tiempo después, cuando la comunidad se va agrandando y ya va muriendo mucha gente de la que conoció a Jesús, los nuevos cristianos  que van entrando y que aceptan que Jesús es Dios, se preguntan por su origen y ven que tiene un origen humano y divino. Entonces surge la necesidad de dar respuesta a todo esto y se escribe “El evangelio de la Infancia de Jesús”.
            Es la parte mejor elaborada en la que no solo se intenta dar una respuesta al origen de Jesús, sino que se intenta hacer una catequesis por la que se pueda entender cómo en Jesús se ha dado cumplimiento a todo lo que anunciaron los profetas, a todas las esperanzas del pueblo de Israel de las que se vino hablando durante siglos en el Antiguo Testamento.
            Lógicamente, una catequesis de este tipo requiere una riqueza enorme de signos, símbolos e imágenes que puedan expresar todo el contenido del Antiguo Testamento de modo que puedan servir como luces que van iluminando una gran cantidad de cosas, de hechos, de personajes,, de situaciones de la historia del antiguo pueblo de Dios.
            El “Evangelio de la Infancia” no nos lo podemos tomar como quien lee una crónica de un periódico que narra lo ocurrido un fin de semana, pues nos quedaríamos sin entender absolutamente nada; peor aún si es que nos detenemos a discutir si en el establo había burros, gallinas, bueyes, cabras, ovejas, cerdos, mulos o caballos ¡Vaya usted a ver qué habría allí aquella noche!. No digamos ya todo lo que añadimos a nuestros “Belenes”: las mujeres lavando en el río, los patos, la nieve… y otras cosas más.
            Ahora ponemos el grito en el cielo porque el Papa dice que de nada de todo eso habla el evangelio. Lo menos que deberíamos hacer antes de empezar a decir todas las barbaridades que se están diciendo es leer el evangelio a ver si lleva razón o  está diciendo un disparate y darnos cuenta si todas esas cosas lindas con las que adornamos tienen una importancia tan grande que merezcan ser las que le dan consistencia a nuestra fe.

            Vamos a exponer literalmente lo que dice el evangelio sobre el hecho: 

S. Mateo 1, 18-24:  

Así fue el nacimiento de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla.
Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros.
Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a su esposa. Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús”.

San Lucas, que es el otro evangelista que lo narra lo hace así: 

  S.   Lucas:  2,6-8  

Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos dentro de la sala principal de la casa.
  En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños”.
            ¿Dónde están los animales? ¿Se suponen?  ¡De acuerdo!, podemos suponer todo lo que queramos, pero no son más que suposiciones. Y el Papa no dice en absoluto que no lo hagamos.
Para el Papa, hay una frase que le llama la atención y que él recoge y quiere realzar: “no había lugar para ellos dentro de la sala principal de la casa”, por la conexión que le encuentra con lo que dice S. Juan en el evangelio (1,11) “Vino a su casa y los suyos no lo recibieron”
Es el comienzo de la vida de Jesús en esta historia de los hombres: desde el mismo comienzo nos lo encontramos con los desheredados: no lo han querido admitir ni en la habitación donde duermen las personas. Cuando Jesús ya es mayor y empieza a invitar a sus discípulos a seguirlo (Mt. 8,20) les dirá que “Las zorras tienen madriguera, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar la cabeza”… Y ésta sería la tónica de toda la vida de Jesús: nació fuera de la ciudad y no le quisieron dar cabida en el espacio de las personas y se fue a un establo, que es donde hay pesebres para que coman los animales, lógicamente, si se va a un establo allí hay animales y los animales que se alimentan en el pesebre pueden ser el buey, la mula, el burro, el caballo, las cabras… que son capaces de reconocer a su dueño (Is. 1,3) en cambio su pueblo no ha reconocido al Señor.
El Papa se siente golpeado por esta frase y es lo que quiere recalcar. Apoyándose en S. Agustín y en otros Padres de la iglesia, intenta dar una explicación del sentido de todas estas imágenes y pide que nosotros hagamos lo mismo a los niños para que no se pierda el verdadero sentido del acontecimiento, pues él ve cómo la sensibilidad cristiana lo ha sabido hacer, como lo hizo S. Francisco de Asís, que fue el primero que montó un “Belén” viviente y fue recogiendo todas esas imágenes que adornan el hecho fundamental, por eso el Papa pide que: Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno
Produce un dolor inmenso ver que haya gente con tanta maldad que sabiendo la escasez de información del pueblo, se aprovecha para inyectar cada año su gota de veneno que envenena el ambiente creando la discordia, la división, el malestar, ridiculiza los sentimientos más entrañables de la gente sencilla y rompe toda una tradición y una cultura con un signo de paz, de familia, de solidaridad.
Pero al mismo tiempo produce vergüenza ajena ver la ignorancia que tenemos y por lo que nos escandalizamos, mientras nos vamos tragando sin rechistar todo lo que nos echan esos envenenadores: yo invito a que nos demos una vuelta por nuestra ciudad a ver en cuántos escaparates encontramos la imagen del NIÑO DIOS, en cambio, veremos cuántos están llenos de árboles con bolas de colores, y muñecos con el payaso vestido de blanco y rojo y con signos que no tienen nada que ver con el acontecimiento que se celebra: el  NACIMIENTO  DE DIOS EN EL MUNDO, les guste o no les guste, y si no quieren, que no lo celebren, pero que no se rían de los que nos sentimos felices de que Dios decidiera venirse a sufrir a nuestro lado y naciera entre los excluidos, y se mantuviera durante su vida a su lado y a su lado muriera.
            ¿O será que le tememos al reto que nos planteó de aceptar a los pobres como personas que tienen mi misma dignidad y tengo que aceptarlos como tales personas?