martes, 3 de junio de 2014

SI NO LO VEO NO LO CREO


Si no le veo no lo creo y, aun así, me cuesta creer lo que estoy viendo: estoy sentado  escribiendo la reflexión que semanalmente hago  en mi blog y ahí en la calle, a un metro y medio de distancia de donde yo estoy sentado, existe un banco en el que con frecuencia llega la gente y se sienta unos para descansar, otros  para charlar y otros, como lo que se está dando en este momento: protagonizar una escena de esas que te quedas completamente fuera de juego, pues no entiendo absolutamente nada:

            Ha llegado una chica joven llorando desconsolada y se la veía con un sufrimiento profundo. Lloraba implorando a Dios: “Señor, ¿Por qué tengo yo que aguantar este dolor y este atropello?  ¡¡Ya no puedo más!!    ¡¡¡Yo me quiero morir!!!... y llora amargamente casi a gritos.

La estoy observando y estaba decidido a salir por si puedo echarle una mano, pues  tenía la sensación de que es algo grave lo que le ocurre.

He decidido esperar un poco a ver  si por sus expresiones  intuía algo de lo que le ocurría, cuando de pronto, ha llegado una chica amiga con otros dos varones jóvenes. La chica se ha sentado a su lado y la ha abrazado  y al sentirse  protegida, ha soltado la retahíla desahogándose:  “Ya no puedo más, éste es un sinvergüenza que me está matando, a cada momento me abofetea, cada día me da una paliza… mira cómo me tiene - y le ha enseñado el pecho lleno de moretones y los brazos- ahora me ha pegado y me exige que le dé dinero cagándose en mis muertos y ofendiendo a mi madre… ¿Por qué tengo yo que sufrir todo esto, después de haber abandonado a mi marido, de haber tenido que despedir a mi hija que se ha tenido que ir de la casa porque no la dejaba tranquila y después de haberme hecho abortar…  me sigue tratando así, ¡Dios mío! ¿Qué quiere este hombre…? “

            El tipo responde desde el capot del coche en el que está sentado:

- “Es que soy un hombre y mi mujer tiene que hacer lo que yo mando”

–Responde ella-  “Pero si te tengo preparada la comida y la ropa y me tienes siempre dispuesta… ¿Qué más quieres? ¿Acaso tu mama te tiene así? Anda, vete con ella, ¡¡No quiero verte más, desaparece de mi vista, te lo pido delante de Dios que  está en esta iglesia, desaparece…!!

            El tipo se viene hacia ella, la coge, la abraza, la besa y ella se deshace entre sus brazos. Los otros dos se ha retirado riendo y ellos dos los tengo ahí delante que solo les  falta desnudarse y terminar la ceremonia ahí en lo alto del banco de la calle.

            Al final han terminado felices, llevándosela él subida sobre sus espaldas (acuestas) y ella feliz y dando carcajadas.

            Confieso que no entiendo nada: si es verdad todo lo que estoy viendo y oyendo que ella ha contado a su amiga y que ha gritado a voces, de modo que lo hemos  podido escuchar todos los vecinos. ¿Cómo es posible que esa situación haya terminado en fiesta?  ¿Cómo es posible que una mujer se desvanezca y tenga tan poca personalidad que se deje en manos de un auténtico sicópata por el simple hecho de que la utilice sexualmente?  Aun viéndolo y oyéndolo, me cuesta tremendamente creerlo.