miércoles, 27 de enero de 2016

CRISTIANOS AGUADOS Meliton Bruque


 
Estamos viviendo un verdadero cambio de época y esto es como cuando uno se cambia de vivienda y al hacer la mudanza vamos dejando un montón de cosas que consideramos inservibles, otras ya no vienen bien en la nueva casa a la que nos mudamos y, por más que intentamos acomodarlas no cuadran, pues es otro espacio, otro estilo… otra cosa. Y otras que guardamos en un rincón porque le teníamos tanto cariño que nos da lástima separarnos de ellas, pero en realidad ya no pegan en ningún sitio y se convierten en un incordio
Han cambiado muchas cosas, está cambiando el mundo, le hemos metido un ritmo de frenesí, las cosas ahora nacen ya viejas de tal manera que al año hay que cambiarlas porque cuando se rompen ya no hay repuestos para ellas, las ideas se intercambian a la velocidad de la luz y a los cristianos nos ha tocado vivir en este momento, lo mismo que a los cristianos del siglo  I les tocó vivir la separación de Jesús, la ruptura del cordón umbilical del judaísmo y la conformación de la iglesia, o a los del siglo V vivir el paso de la persecución a la protección o a los de la edad Media entrar en la modernidad...
La iglesia empezó su Acambio de piso@ ya en el Concilio Vaticano I y se consolidó en el II. Teníamos muchos trastos arrinconados, muchos recuerdos, muchas Acosas@ que nos habíamos guardado y que no responden al evangelio, ahora el ritmo se ha acelerado y nos damos cuenta que nos han cogido durmiendo en los laureles.
Todo se nos trastorna y se nos viene abajo y ya no sabemos dónde ubicarnos y, en el trasiego individual, hay mucha gente que dijo: A(Piso nuevo, vida nueva!@ y se lo dejó todo en el camino; ahora no tiene dónde sentarse. Otros dijeron: vamos a ver si se pueden acomodar ciertas cosas y entonces intentan contemporizar y un día dicen una cosa y otros otra, dependiendo como amanezca.
Otros dicen que lo importante es vivir, y de lo que se trata es de nadar y guardar la ropa, y entonces te los encuentras confesando una cosa y después apoyando la destrucción de lo que ellos mismos sostienen.
Y otros, en fin, intentan buscar el hueco en la nueva situación sin complicarse la existencia. A estos me refiero en el título del tema: ALos Aguados@ que responden a un amplio espectro que, precisamente por eso, por no ser “ni chicha ni limoná”, son en muchos casos la imagen de la iglesia actual, que frente al mundo deja tanto que desear y el retrato típico es el que a continuación describo basándome en la expresión de alguien que reprochaba a unos amigos por hacer una marcha solidaria con los inmigrantes que mueren en su intento de buscar una vida más digna; su reproche era: sois unos extremistas que estáis matando el espíritu de la navidad y os estáis haciendo incómodos para la iglesia...
(Qué pena! En estos momentos solo me viene como respuesta la del apocalipsis: Aporque no eres ni frío ni caliente me dan ganas de vomitarte@, o también es bueno recordar lo que en estos días le respondía Jesús a los discípulos de Juan: ADichosos aquellos que no se escandalizan de mi@


Estos que se sienten incomodados (escandalizados), que les molesta la radicalidad de Jesús: Ao conmigo o en contra mía@...los comedidos y Adulces@ católicos que no le complican la existencia a nadie y no dicen una palabra malsonante para no complicarse la existencia, los que viven su fe como un sueño de hadas en la facilidad de la vida y de las cosas; los que trabajaron y ahora ya pueden decir: alma, descansa y pásatelo bien, que bastante has sufrido, que apriete el que venga detrás, ellos ya tienen su pisito, su chalet y sus ahorros en otro sitio alquilado o en la bolsa... con su sueldecito, sus pastillitas contra la acidez del estómago para  cuando se comen demasiados mariscos, la tensión y el azúcar los tienen  bien controlados y pasan su revisión médica cada tres meses; van a misa los domingos y fiestas de guardar, (y que no se le ocurra al cura cambiar la hora, pues les trastorna su plan, eso ya es un cataclismo), ellos  no molestan a nadie, ni a Dios ni a los hombres, por tanto, que nadie les haga ni sombra; no se meten con nadie, no matan ni roban, por tanto, de qué se van a confesar, eso es para los que tienen muchos pecados; toman el sol los días que hace frío y se ponen al fresco los días que hace calor y en sus reuniones sostienen que si hay pobres es porque son vagos... después cumplen con Dios yendo a confesar y comulgar por pascua florida, van a los entierros de los amigos y se quedan charlando fuera de la iglesia y luego se acercan a dar el pésame para que vean que han estado en el entierro, o van a la boda y si no les gusta el percal, cuando están en la comida se levantan al servicio y rebajan el donativo...

Otros le añaden un poco más a la salsa: son hermanos de alguna cofradía y en semana santa se visten y acompañan al santo y si ya son muy, muy, muy… hasta se meten de costaleros y otros se emocionan en cada levantada o cuando ven pasar el santo por las esquinas y hasta se santiguan en público. Eso sí, la celebración de la pascua que hace la comunidad es cosa del cura y de las cuatro beatas, eso no va con ellos; pero  no les pidas ninguna otra cosa más, o digas lo que yo estoy diciendo en este momento, porque consideran que te estás metiendo en política, que eres un modernista, que no respetas las conciencias y que eres un extravagante o  un cura revolucionario que atenta contra la fe.

Para ellos no hay más filosofía que su propio bienestar y funcionan a golpes de Agana@ o de placer: ANo tengo gana de...@ ANo me apetece...@ y con un objetivo en la vida: vivir lo mejor posible y a costa de lo que cueste, como cualquier vertebrado, con la única diferencia de que ellos son católicos y esto les da derecho, además, a ser enterrados en la iglesia y a que se les haga un funeral por el eterno descanso de su alma cuando se mueran. AMEN.