viernes, 8 de mayo de 2020

LA “NUEVA NORMALIDAD”

                                                                (Melitón Bruque García)

Hay una palabreja que viene repitiéndose a cada momento y veo que hasta el obispo la utiliza como algo “normal”.
         Yo estaba pensando que sería uno de esos términos que esta gente suele soltar para camuflar otra idea, como suelen hacer a cada momento jugando con el lenguaje, pareciendo decir una cosa cuando en el fondo están sosteniendo otra, a la que le han denominado con otro termino, que parece decir otra cosa pero que va por otro lado muy distinto. Pongamos algún ejemplo: se habla de salud reproductiva o de interrupción del embarazo, como si fuera algo que puede retomarse después o de algo que nos va a llevar a una fertilidad más sana… cuando de lo que se está hablando es de asesinar a un feto. Pero este lenguaje solo se emplea para el ser humano, no para los animales.
         Desde que empecé a oír esta palabra me sonaba muy mal, porque si es “nueva” como puede ser “normal”, pues una cosa “Normal” es la que ha sido impuesta por una norma dada, que ha llegado a aceptarse como algo bueno, de forma que se considera como lo correcto y lo que todo el mundo asume sin discusión, de tal forma que se acepta como algo “Normal”.
         Pero aquí se han saltado todas las aceptaciones y todo el proceso y de golpe y porrazo se impone una “NUEVA NORMALIDAD”.
         Llevo unos días leyendo algunas fuentes y me estoy dando cuenta que no es invención de nuestros políticos, sino que es un lenguaje que está cogiendo su carta de ciudadanía en muchos estamentos de distintos lugares y grupos: llámese ONU, OMS, llámese Foro de S. Paulo… etc. y todos sabemos por dónde va esta gente.
         Pero lo curioso es que todos hablan de la “Nueva Normalidad” pero nadie dice cómo es esa normalidad, ni quién va a imponer la nueva norma, para que se convierta en “normal” y qué es lo que se pretende con ella.
         Porque en ese caso, cualquiera de nosotros podría poner su “norma” e imponérsela a todo el mundo para que la asumiera y se convirtiera en normal; incluso ese proceso se puede dar, o porque sea algo completamente natural, o impuesto por la fuerza…
         ¿Cómo será entonces, esa “Nueva Normalidad”? ¿Quién la va a determinar o imponer? ¿Qué principios va a sostener y que nos obligue a todos a aceptar como algo “normal”? ¿Qué se pretende con ella?
         De hecho acabo de leer un artículo en donde se habla un poco de todo esto y donde el autor aboga por algo así como que la tierra es un ser vivo cuyo miembro consciente es el ser humano, por tanto, cualquier problema de la tierra es un problema de todos y la solución ha de ser de todos, para lo que se necesita una cabeza única que coordine y todos los demás se sometan sin rechistar; es decir un gobierno mundial con una ideología única y una normativa única a la que todos se sometan. No puedo evitar el traer a mi mente a Robert Hugh Benson con su novela “Señor del Mundo” en donde prevé a principio del siglo XX (1903) el nuevo orden mundial que lleva a la apostasía total bajo una sola autoridad.
         El problema está en quién establece la “ norma” y bajo qué criterios lo hace, porque en el mismo artículo ya se apunta de pasadita la “sobrecarga de personas mayores que vienen a ser como células envejecidas que suponen una especie de enfermedad para la tierra”; algo que hemos venido oyendo todo este tiempo y que se viene soltando sin darle mucha importancia y vuelvo a escuchar como el eco de aquel día hace 25 años en que en el aula de la universidad el conferenciante nos  decía a todos los asistentes que en los planes de los dirigentes mundiales estaba el reducir la población en este siglo de los 7 mil millones a mil doscientos. Recuerdo que nos quedamos todos como a quien le vuelcan un cubo de agua helada.
         Pero las antenas se vuelven a poner en estado de alerta, cuando examinas despacio y ves cómo van dándose pasos y los vamos aceptando con una alegría impresionante, de tal forma que los vamos viendo “normales”: el aborto, la eutanasia, la esterilización, la homosexualidad, la ideología de género… todo está orientado al extermino de la raza humana, haciéndola estéril… y lo estamos asumiendo como algo que, incluso, decimos que va en beneficio del ser humano.
         La pregunta que me surge es la siguiente: lo normal es que el ser humano, como todos los seres vivientes, se multiplique, viva y sea feliz en armonía con la naturaleza… si eso no se está haciendo es que algo está fallando; a este fallo, yo lo llamo: “La humanidad está enferma” y lo “normal” es que se cure y la única medicina que desde el origen de la existencia del ser humano existe, es ponerse en conexión con su creador que estableció unos principios naturales, que son los grandes valores absolutos que se convierten en referentes objetivos, a los que el hombre ha ido acomodando su conducta en la tierra para poder vivir en convivencia pacífica con sus vecinos y con el planeta.
         Esos principios no han sido impuestos por ninguna ideología política, sino por la misma naturaleza y existieron miles de años antes de que el redactor del libro del Deuteronomio o del Éxodo los fuera recogiendo, como principios normativos de las relaciones entre los hombres; y Moisés se los dio resumidos a su pueblo como las normas dictadas por Dios en la misma naturaleza, que después la humanidad los ha venido llamando MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS.
         Pero ahora parece que alguien quiere una “Nueva Normalidad” que no está basada en la misma naturaleza, sino en la economía de mercado y en la avaricia de apoderarse de todos los bienes de la tierra y someter a sus órdenes a los súbditos que ellos han determinado que existan, apropiándose incluso de su voluntad, que para eso ya puede hacerse con las nuevas tecnologías y la biogenética: al final resultaría Aldous Huxley como uno de los grandes profetas del siglo XX (1894-1963) lo malo es que la profecía termina diciendo que el día que esto ocurra, la humanidad habrá terminado de existir sobre la tierra.