jueves, 8 de mayo de 2014

BUROCRACIA TERCERMUNDISTA -Meliton Bruque Garcia-


Esta mañana es noticia en todos los medios de comunicación el desahogo de nuestros representantes en Europa que se han sincerado manifestando sus grandes “devociones” y nos  igualan, con más o menos fuerza, y les dan el mismo “peso” en sus vidas: al  Che Guevara-Jesucristo-Felipe González. Lo menos que se me ocurre pensar es si se habrán leído, como mínimo, la historia de cada uno.

            Con esta confesión y con otras que vienen manifestando espontáneamente estos días, ya nos tienen al tanto de la calidad de personas y de las miras sociales que se tienen y, por supuesto, los grandes ideales con los que se presentan y quieren representar al  pueblo español en Europa.

            ¡Qué pena, Dios mío! ¡¡Que hayamos llegado tan bajo!!  ¡Y que no tengamos capacidad para poner a la cabeza de un pueblo para que lo dirija, a gente con dignidad, con ideas, con valores morales, humanos, con ética, …!  ¡Y que la gente se emocione y aúpe a personas cuya única idea es sostener que la libertad de la mujer está en poder abortar y hacer con su cuerpo lo que quiera; que sus grandes ideales sean quitar la moral y los valores humanos y espirituales de la educación; que su único objetivo sea barrer a la iglesia del escenario social y aniquilar a la “derecha”...!

¿Se puede sostener a un personaje que aspira a ser el representante de un país con estos ideales y con estas propuestas?

¿A dónde pensamos que se puede llegar así?

¿Qué es lo que quieren hacer de España?

La respuesta la estoy viendo sobre el terreno: Acabo de volver de la Delegación de Hacienda, pues me llaman la atención porque he dejado de pagar una deuda que no era mía, sino del constructor que cometió un fraude y Hacienda le embargó su deuda…. Entonces, yo he venido pagando a Hacienda hasta saldar la deuda que tenía con este señor, cosa que ya concluí hace unos meses; pero esos “empleados”, en lugar de mirar y ver cómo están los pagos, me reclaman que no siga pagando, entonces vuelvo a aclararles cómo está la situación y me encuentro con este panorama

He llegado a la Delegación, estaban todas las mesas vacías, las mujeres que había en cada una de ellas estaban charlando todas  amigablemente. Eran las 9´45 de la mañana; NO HABÍA NADIE.

El empleado que me ha atendido me dice que si no tengo cita previa no me pueden atender y me da un papel, incluso con mal talante, donde se indica una dirección electrónica donde debo hacer las preguntas que tenga, para que desde ahí me digan lo que tengo que hacer…y me ha mandado con viento fresco.

Todos parados, pero “no me pueden atender porque no tengo cita previa”.

¡¡Sí señor!!

Y dan por supuesto que yo debo tener internet, teléfono y no sé cuántas cosas más… O sea, que si no tengo nada de esto, no soy ni persona. No puedo evitar el que me aborden un montón de preguntas: señores/as, institución, entonces…

¿Qué hacen ustedes ahí si derivan la resolución de los problemas a otro sitio vía internet?

¿Para qué les pagamos, para que me den un papel con una dirección?

¿Quién es el que les paga, a ustedes, a quién sirven ustedes?

¿A esto le llaman orden, efectividad, progreso, resolución, trabajo ordenado y efectivo…?

¿Esta es la nueva sociedad que queremos imponer, en la que vuelvan loca a una persona que quiere pagar el recibo del agua o de la luz?

Esta forma de hacer y de organizar las cosas, este montaje burocrático, tengo un referente: el tercer mundo, donde vas a una tienda a comprar un lápiz y el primer paso que has de dar es  pasar por una ventanilla donde tienes que pagar, eso es lo primero; ahí te dan un tique que tienes que entregar en otra ventanilla, desde la que dan la orden a otra que, a su vez, ordena al empleado que va a buscar el lápiz. Cuando lo ha cogido de su sitio, tiene que hacer de nuevo el recorrido al contrario hasta llegar al cliente.

Este mismo esquema se repite en toda la estructura social y, cuando llega a las altas instancias, el recorrido de ventanilla en ventanilla es el mismo, pero con la diferencia de que ahí, como es ya el gobierno, y nadie sabe de quién es nada, las cosas  solo caminan a base de dinero; es ya la corrupción maquillada a base de “compadreo” legal, de forma que quien “tiene padrino se bautiza” –como se suele decir-

Este mismo sistema lo estamos viendo cómo se introduce  entre nosotros cada  vez con más fuerza y claridad; si lo queremos observar, no hay más que darse una vuelta por los centros hospitalarios donde, si quieres que te atiendan, has de entrar por la puerta trasera, a base de pedir favores, de lo contrario, te pueden enviar a la cola  que está a cinco meses de distancia… y lo más triste es que, cada vez lo estamos viendo esto con más naturalidad, de la misma forma que estamos viendo cómo la corrupción está instituida en la cabeza y, como eso se da por supuesto, a medida que va bajando a los pies, cada uno intenta salvar su pellejo como puede y evade impuestos y hace trampas… con lo que aquella mentalidad que se ha venido creando con tanto esfuerzo, de que todos somos responsables de mantener una sociedad, en la que todos debemos ser solidarios para poder mantener unos servicios comunes que nos posibiliten vivir con dignidad, eso se perdió ya hace tiempo y vemos cómo los dirigentes se la han cargado a base de estas formas de robar y salir impunes, sin devolver nadie un céntimo y haciendo que la justicia se ponga del lado del ladrón… todo esto va minando la estructura y hace que “los pies”, no se fíen ya el uno del otro y ni siquiera del zapato que llevan puesto y tengan que poner 5 ventanillas para que un lápiz llegue al cliente, pues de lo contrario, se pierde, no ya en el camino, sino en el mismo puesto donde reposa en la estantería.

Lo que acabo de vivir y experimentar esta mañana solamente lo he visto muchas veces en Ecuador, en Perú, en  el Congo… aquí, solo falta un pequeño detalle para colocarnos a la misma altura: el coger un billete, meterlo debajo de los papeles y toda la máquina empieza a funcionar.

No han de pasar muchos meses para que esto llegue a verse como algo normal. ¡Ah! lo siguiente que no creo tarde mucho tiempo en llegar, es que cada pequeño comerciante que tenga su negocio, entre los sueldos que tenga que pagar, sea el de  un vigilante jurado, armado en la puerta de su negocio.

¿Qué exagero? Es cuestión de preguntar a alguno de los vecinos de la calle  Pintor Rosales o la Avenida de Andalucía a ver qué opina de lo que se está encontrando   estos días cuando se levanta y ve todos los coches hechos polvo sin la más mínima garantía de ser atendido y protegido.